La Columna

EL TENORIO DE CHIHUAHUA

  • Por El Bisonte

A propósito de Don Juan Tenorio, el burlador de mujeres que cada año es escenificado en los teatros  en noviembre, Chihuahua ya tiene más pretendientes que Doña Inés, que ya empezaron a cortejarla con rumbo al 2027. Son muchos los que desde ya empezaron a buscar la silla de Maru y agitan las aguas por todo el estado llevando flores a la Dulcinea chihuahuense que habrá de darle su voto. La trama que vive el estado bien pudiera ser tomada en cuenta por el prestigioso Club Activo 20-30 que en Juaritos celebra 65 años parodiando la política con el Tenorio cómico, basados en la obra del dramaturgo español José Zorrilla. Los más alebrestados son los  morenos y verdes de la Cuatrote. Los petistas no tienen gallos, pero dicen que juntan votos, si alguien pregunta por ellos. Los que se dedican a vender encuestas y que ya hicieron las primeras, en la esquina de Morena incluyen en los careos a la senadorita Andrea Chávez, al alcalde de Juaritos Cruz Pérez Cuéllar, además del senador Juan Carlos Loera, su ex amiga, la poderosa secretaria de Bienestar Ariadna Montiel y a Mayra Chávez, la delegada de Bienestar que llegó a la Cuatrote gracias a El Loerilla. Los panistas tienen tres gallos, el alcalde de Delicias Jesús Valenciano, el senador Mario Vázquez quien mantiene su objetivo en la silla grande y Marco Bonilla, Marcobon, quien empezó a construir su plataforma y estructura política en Juaritos. Los morenos lo saben y temerosos de perder a Doña Inés, ya les disparan dardos envenenados a todo lo que pinte  azul. Hasta los bolígrafos de tinta azul rechazan para escribir. Le tiran a todo y desde cualquier plataforma. Lo mismo desde el Congreso que desde los pasquines Cuatroteros que imprimen. Solo les hacen publicidad. Pero quién más gasta recursos en sus recorridos, es sin duda Andreita. Paso de inundar de espectaculares el estado a cargar un hospital móvil. Bueno, casi un hospital móvil. Nomás le falta cargar con un quirófano para que lo sea. La farmacia ya la carga. Sólo le falta explicar de dónde sale tanto dinero porque camiones con consultorios móviles, médicos, enfermeras y espectaculares cuestan y cuestan mucho. El gasto no les preocupa a ninguno de los aspirantes. En esta etapa el Instituto Nacional Electoral y el Instituto Estatal Electoral no están al tanto. Sus titulares están más preocupados por la elección de jueces y magistrados, además de otras reformas que les darían golpe de Estado también a los órganos electorales. El PRI, aunque muchos no lo crean , también tienen baraja. Su carta más sobresaliente es el diputado Tony Meléndez, que sabe cantar y podría seducir a Doña Inés. No le den por muerto. Su única competencia y con quién ya lo han careado en las encuestas es Alejandro Domínguez, el dirigente estatal priísta que sigue los pasos de el senador Malito Moreno, el líder nacional que logró reformar los estatutos de su partido para reelegirse más veces que Don Porfirio, pero en su partido. Por cierto, Malito está semana se andaba dando de moquetes con el senador Gerardo Noroña en la tribuna del Senado. En la trifulca estuvo también la senadorita Andrea Chávez a quien Lily Tellez le ha dado por llamarle la loca del Senado, mote que le adjudica por querer estar en todas aunque no tenga argumentos. Se le olvida aquel sabio consejo del Filósofo de Rubio. No vayas donde no te invitan. No te metas donde no te importa. No hables de lo que no sabes. No hagas guardias que no te tocan. No sudes calenturas ajenas. Pero no nada más Andrea hace lo contrario que indica el manual de don Artemio Iglesias. Todos los aspirantes tienen y tendrán al menos un resbalón en la seducción del electorado sobre el que ya andan sobres aunque la elección sea en tres años. ¡Ah! ¿No es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?/ Esta aura que vaga, llena de los sencillos olores de las campesinas flores que brota esa orilla amena: esa agua limpia y serena que atraviesa sin temor la barca del pescador que espera cantando el día, /¿No es cierto, paloma mía, que estás respirando amor?, decía Don Juan Tenorio a Doña Inés para conquistarla.