Opinión

CAMINO ALMIBARADO

  • Por Carlos Gallegos

Estamos en 1948. Mientras al otro lado del mundo, en el puente entre tres continentes, Europa, Asia y Africa, nacía el Estado de Israel, México era gobernado por el alegre jarocho Miguel Alemán Valdez, una fiera indómita para las mujeres y para el coñac, quien pasó a la historia como el primer presidente civilista luego de tantos generales con tantas corcholatas de hojalata surcidas en el pecho.

   El gobernador de Chihuahua, desde Escalón hasta la mitad de este lado del Puente Libre, pasando por Puerto del Toro, Piedras de Lumbre y anexas, era el agrónomo Fernando Foglio Miramontes, nativo del friísimo Temósachi, quien viendo que la primera Constitución del Estado ya estaba muy tasajeada, igual que como está la actual Federal, y más que la quieren tasajear, ordenó que fuera promulgada otra nuevecita.
   El alcalde de Delicias, qué clase de alcalde, era Emiliano Julio Laing Aguero, lo mismo que Alemán, muy ojo alegre, aunque abstemio, al menos en público de la gente, de pocas pulgas, de mecha corta el tejaneado señor.
   Sirvan tantos rodeos bibliográficos de algunos héroes que nos dieron patria, para escribir que  ante el crecimiento de una población como Delicias, sin Netflix y sin condones, fue necesario ampliar las instalaciones carcelarias, levantando a punta de botes de cemento y carruchas y más carruchas de material de rio, la Comisaría de Policía de Avenida 4a, entre calles 6a y 7a Poniente, a media cuadra de la Zona de Tolerancia, quizá para evitar que algún libidinoso y alevoso cliente frecuente se pelara sin pagar el o los servicios recibidos. 
  En la foto que está mirando, de la colección Rafael Pacheco, cuatro policías con fachas de sherifes, custodian a un pobre chamaco, al que posiblemente agarraron cuando intentó el  pisa y corre luego de hacer su primera comunión en uno de los antros de vicio y perdición del rumboso rumbo.
   En otro sector de la población, según la foto del archivo Villalobos Máynez, vemos a tres puntales de la fundación del Distrito de Riego 05, vena hídrica que le dio vida a Delicias.
  Son el general Alfredo Parra, Arturo Chávez, Ignacio C Enríquez y, creo, Pantaleón Meléndez.
   Lo de creo, en espera del tache o paloma del Pelón Delgado, que no disfruta estos recuerdos en su afán desmedido de pillarme en errores, cacería infernal semanal que agradezco en aras del rigor histórico, pero que me pone de ñervos y me espanta el sueño, de mala suerte que hay noches que no puedo dormir ni doce  horas seguidas.
   A 72,73 años de aquello, Delicias continúa su sino, su destino, su camino, a veces almibarado, en veces no tanto, siempre hacia adelante, confiando siempre en las bondades y el gran poder de Dios padre.